El confinamiento obligado nos hace reflexionar sobre nuestras vidas, está haciendo de nosotros personas con más compasión y humanidad por los demás. Es el momento de pensar que todo lo que hacemos y proyectamos, para bien o para mal, llega a la otra parte del planeta, nos conecta.
Esta pandemia, nos está dando la oportunidad de despertar nuestro lado más humano, más dormido, en tantas ocasiones. El monólogo con nuestras conciencias ha de servir a partir de ahora para trabajar juntos por un mismo planeta que necesitamos porque habitamos en el. No existen las fronteras, aún estando separados por mar de otros países o continentes, la naturaleza nos ha demostrado la necesidad de construir juntos, porque por separado no nos salvaremos ninguno; es así de duro, pero es la verdad que demuestra la madre naturaleza.
¡Ojalá! sirva desde nuestra posición de docentes y sobre todo desde la vuestra en calidad de padres para inculcar en ellos, nuestros queridos alumnos, hoy más que nunca, la necesidad de trabajar por hacer un mundo mejor, despertar sus conciencias aunque sean aún pequeños porque los estaremos proyectando hacia un mundo más habitable y con menos peligros.
Los eslabones separados no nos hacen más felices. La felicidad sin alma, por y para sí mismo, no sirve al fin común, ya lo estamos viendo. La humanidad se salva sumando manos, teniendo un objetivo común: cuidarnos y cuidar el planeta que habitamos.
Sigamos "construyendo" vidas mejores, después de que esto termine, no olvidemos pronto porque no estaremos comprendiendo el sentido de la vida y esta lección que estamos viviendo no habrá servido de mucho.
A todos nuestros alumnos y vosotros familias un abrazo sincero de las profes de vuestros hijos que no dudéis que llevamos en el corazón como la semilla que lleva la tierra para hacer nuevos y esperanzados caminos.
Un atento saludo
Margarita Rodríguez Fernández
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